¿Qué es una calle? Crónica E #6 Beck street – Pere IV

En nuestro paseo por la calle Beck en el Bronx descubrimos algo más que una calle. Nuestro camino en paralelo discurría por la calle Pere IV del Poblenou, un lugar de alta significación y transformación.

En los planes del 22@ dicha calle se vio afectada de pleno, su paisaje urbano y humano cambió radicalmente. La zona pasó a ser un destino para corporaciones tecnológicas que encontraron lugar en el distrito en condiciones muy favorables ofrecidas por los poderes públicos del consistorio. Tanta facilidad pretendía animar un cambio de signo productivo para centrarse en un modelo productivo centrado en las nuevas tecnologías, con el desembarco a Poblenou de Calls Centers precarizando con contratos basura a la mayor parte de sus empleados.

La Beck street fue narrada por nuestro compañero y artista visual Nicolás Dumit. Un lugar que ejemplariza la transformación que ha sufrido el Bronx desde la década de los años 70.

Las casas de esta calle se salvaron de la especulación que con métodos de extrema violencia devastó el barrio, con incendios y expulsión de vecinos. Años, también en que las luchas por las libertades de la población negra crearon fuertes lazos comunitarios y el germen de una profunda transformación cultural. Desde su casa en la misma calle Beck Nicolás nos enseñó a través de las ventanas y bajando a la calle, la desolada vía pública en este día de invierno. Todo parece aletargado desde que comenzó la pandemia. La vida se reduce a lo mínimo en la calle ocurriendo todo de puertas adentro. Una situación inverosímil que no podríamos haber imaginado, y que los mismos medios de comunicación tratan de normalizar.

Nicolás nos comparte y comenta una selección de fotografías tomadas en su calle, es un estímulo que enlaza pequeños detalles o elementos que son síntomas y signos que nos hablan de la vida de sus habitantes y la memoria del barrio. También nos introduce en la rica cultura creativa de los habitantes del Bronx, músicos, poetas, activistas que han construido una cultura mixta expresada inglés y en castellano por gentes de muchos países. Un barrio de una fuerte cohesión comunitaria a pesar de la presión que la especulación está ejerciendo sobre el tejido social.

En Pere IV hay poco trajín para ser un sábado por la tarde. Hoy los comercios y bares están cerrados. Caminamos junto a solares vacíos que esperan ser urbanizados. El proceso de gentrificación que impuso en 22@ expulsó a muchos vecinos, sobre todo las rentas más bajas, otros fueron desalojados por estar en zonas afectadas por cambio de uso, en cualquier caso se destruyó parte del tejido social y comunitario del barrio.

A medida que nos acercamos a la confluencia de Pere IV con Diagonal el perfil urbano es más agresivo. Flanqueado el cruce por arquitecturas irreverentes entramos a la zona más dura de paisaje neoliberal con altas torres de hoteles, edificios de viviendas con estética corporativa, morfología de una arquitectura contemporánea deshumanizada y fría. Las cámaras de vigilancia distribuidas por las farolas se alternan en buena parte de la zona con los dispositivos wifi G5 de última generación. Una tecnología no suficientemente verificada que acarrea daños para la salud y que empezó a experimentarse en esta parte de Barcelona. Poblenou es todavía un laboratorio de la Barcelona futura y a juzgar por lo que vemos y conocemos no es la ciudad en la que queremos vivir.

El cielo nos manda una señal justo llegamos a la confluencia con la Diagonal apareciendo sendas líneas blancas cruzadas sobre el azul luminoso de Barcelona. A nuestra derecha un lujoso hotel clausurado nos anuncia la entrada al Parc Central. Atravesamos el extraño parque de sauces sin dejar ni un momento la calle Pere IV, pasando ante el Museo de Historia que tiene aquí una de sus sedes dedicadas a la historia urbana. No se nos ocurre mejor sitio para ello, pues la zona fue una de las áreas más duramente castigada por las demoliciones y desalojos de vecinos, antesala también del proyecto Fórum de las Culturas 2004, todo un despropósito. Más adelante comprobamos que las expulsiones continúan a la orden del día. Son las casas de la Escocesa, en una de las cuales sobrevive un espacio dedicado a dar espacio a artistas. Desde este lugar y teniendo como telón de fondo las sábanas rotuladas con las denuncias de los vecinos, concluimos nuestro recorrido por esta única calle de Pere IV. Un viaje en el tiempo que nos llevó hasta las movilizaciones vecinales y denuncias colectivas de inicios del 2000 en la que participamos activamente.